La poesía probablemente sea el tipo
de literatura que más nos acerca al autor y sus sentimientos, pues así como
ellos, a través de sus versos podemos sentir sus dolores o amores; sin embargo,
hemos ido asumiendo que la poesía debe ser amigable con el lector, solo aflorar
emociones sanas, no obstante, tal como lo veo, este género no es ni por lejos
eso, ya que, con autores como Verlaine, Allan Poe, Vallejo o Baudelaire,
identificamos la crítica a lo que todavía hoy, caracteriza a la sociedad
occidental, una costumbre apegada a la moralidad que solo disfraza el morbo que
ansían sus ojos y bocas.
Es precisamente que, a manera de
homenaje – aunque un poco tardío – por los 200 años de su nacimiento,
hablaremos de Charles Baudelaire, considerado por muchos como el “poeta maldito”;
para la época en la que desarrolló su trabajo escribiendo ensayos y poemas, su obra
no fue bien recibida, y hoy todavía existe cierta mesura sobre su literatura.
Baudelaire, se trata pues, de esos
artistas catalogados de extraños y locos a los que el éxito fue mezquino
logrando el reconocimiento no antes de su fallecimiento, como es el caso
también del pintor Vincent Van Gogh. Seguramente el libro más conocido sobre Baudelaire
es el poemario Las flores del mal¸ libro en donde entrega una
poesía inadmisible por el contenido, ya que abundan temas relacionados a la
muerte, las drogas, el erotismo y el satanismo.
Mencioné que hoy en día incluso se guarda
un recelo sobre su figura, ya que en Francia – su país natal – no se le brinda ningún
día memorable, y no cuenta con la gloria de otros personajes como Víctor Hugo o
Alexandre Dumas; sin embargo, esta fanfarronería no sería propia para él, ya
que, desde sus poemas y ensayos, exponía sus críticas hacía la sociedad en la
que vivió.
Fueron tal vez los temas usados para
sus poemas lo que motivaría a Paul Verlaine a considerarlo como el poeta
maldito.
Entonces, si contamos con personajes
como este, que usó la poesía como medio de queja y crítica, por qué aún seguimos
creyendo que la poesía si no es melosa o trágica no puede ser poesía.
¿Está acaso la sociedad occidental condenada
a permanecer amarrada a lo maleabilidad de la moral, donde lo correcto es lo
que se decide por mayoría, basado en la idea de democracia, que, hasta ahora
solo ha demostrado que otorgar el poder a un solo individuo, representa más que
un peligro para el pueblo? Aunque esta pregunta, parezca no encajar aquí, lo
cierto es que, como dije al principio, la literatura y en particular la poesía,
al mismo estilo de una canción, tiene la intención de hacer sentir las
emociones del autor, y como ejemplo está él, el poeta maldito Charles
Baudelaire.
«La vida es un hospital donde cada enfermo está
poseído por el deseo de cambiar de cama. Este quisiera sufrir frente al
calefactor, y aquél cree que mejoraría junto a la ventana.»
C. Baudelaire
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