Ella


Participe en el II Concurso de Cuentos de Amor Universitario organizado por la Universidad Nacional Federico Villarreal en el 2018 con esta narración. A pesar que no pude alcanzar los primeros puestos, la experiencia fue muy gratificante. Espero que toda persona que lo lea pueda disfrutarlo y poder sacarle una pequeña sonrisa.

“Lo mejor de Mary Jane, es cuando le miras a los ojos y ella te mira a los tuyos. Todo lo notas raro, porque te sientes más fuerte y débil al mismo tiempo. Te sientes excitado y al mismo tiempo aterrado. La verdad, es que no sabes lo que sientes, excepto el tipo de hombre que deseas ser. Es como si hubieras alcanzado lo inalcanzable y no estabas preparado para ello". Esto lo dijo un enamorado Peter Parker al amor de su vida Mary Jane, en la genial película de Spiderman (2002) del director Sam Raimi. ¿Sentirías lo mismo por una persona que solo has conocido una sola noche? ¡Bienvenido a mi vida! Pero mi situación es un poco más complicada. La mujer que había esperado en mis largos pero a la vez cortos 22 años de vida termina siendo la enamorada de mi mejor amigo, que por respeto a nuestra amistad solo lo llamaré JC. Se lo que estás pensando y no me critiques por favor. También se me presenta ese remordimiento bíblico de “no amaras a la mujer de tu prójimo”. Es que sencillamente no puedo describir lo emocionado que estuve junto a ella en esas benditas 2 horas que conocí el amor. No pretendo justificarme. Tal vez, ella no pensó lo mismo que yo. Tal vez, creyó que fue una noche común. Desligo el beneficio de la duda para decirte que aún tengo esperanzas, que todo este sueño se vuelva realidad.

El bendito día se remonta a un viernes en la noche. En una situación inaudita, el profesor más estricto de sociología, del séptimo ciclo de la Villarreal, acaba su clase temprano alegando problemas personales. Los minutos siguientes fueron de perfectos arreglos convencionales para enganchar a más gente a la fiesta. El más clásico: “Habrá full trago, causa”. Al final fuimos nueve los afortunados a un viaje provincial en una miniban, hasta Puente Piedra, para luego tomar otra miniban hasta Lomas de Carabayllo. Al momento de llegar a la casa de JC, nos tomamos con la sorpresa ¡Su enamorada estaba presente! Sé que es normal que alguien vaya a la fiesta de su pareja. El hecho inaudito es que JC juraba y juraba que ella no iba a ir. Esto lo hizo para una mayor libertad de nuestras acciones sin consecuencias fatales, como el choque disparejo de nuestros cuerpos al ritmo de canciones pegadizas de Maluma. Una inferencia nuestra fue que el regalo de la enamorada fue su presencia. Hecho que se confirmó en las 3 horas esperando su llegada. Lo primero que hice al verla fue saludarla con un sencillo: “¡hola, cuanto tiempo sin verte!” Te digo, en serio fue hace mucho tiempo, como un año aproximadamente. Esto sucedió antes de que JC y ella terminaran. Unas tres semanas antes de esta fiesta, habían vuelto a darse una nueva oportunidad. Mi ritual antes de una diversión desenfrenada en las fiestas, es simplemente ir al baño. Sé que te parecerá raro, pero, aunque no lo creas, puedo hacer muchas cosas... bueno tu sabes: mirarme en el espejo como síntomas narcisistas, practicar mis pasos de bailes, hablarle al espejo los términos galantes para gilear a un ritmo despacito, que pueda respirar su cuello despacito, que le diga cosas al oído para que se acuerde si no está conmigo ¡Gracias Fonsi! Cuando regreso a la sala mis conjeturas se habían hecho realidad: Los tres sillones más cómodos habían sido copados. Estaba desganado, porque no quería sentarme en una de esas sillas de metal que sobraban.  Entonces la vi, mirando decaídamente su vaso. Estaba sentada en el sofá que tanto anhelaba. Me acerqué y empecé a conversar con ella. Me emocione cuando mencionó esas benditas palabras: “Hay espacio en el sofá, siéntate conmigo”  Obviamente no iba a expresar a todo pulmón que había logrado mi cometido, tenía que continuar con la conversación que yo mismo comencé. Primeramente, trate de hablar un poco formal y preguntar sobre su situación para así romper un poco el hielo. En realidad estaba un poco nervioso. Sé que la conocía hace tiempo, pero nunca había conversado con ella a solas. Ella me informó que ingresó a psicología en la Villarreal  este año y que estudiaba por las mañanas. Pero su situación económica era un poco complicada, por lo que tenía que trabajar en las tardes para apoyar un poco en su casa. La escuchaba atentamente y solo atinaba a decir: “Eres muy valiente por hacer eso”. Se puede decir que el único gran don que tengo es escuchar, ya que rápidamente puedo sentir empatía con las personas. El porqué del surgimiento de este don aun no tengo una idea muy clara. La conjetura que me dijo una amiga en copas es que soy chismoso. Por momentos le doy la razón, una borracha melosa siempre dice la verdad. El rompimiento del hielo fue más fácil de lo que supuse. A los pocos minutos de iniciado la conversación, ya estábamos rajando de JC, especialmente de esa forma voluminosa de su barriga al momento de sentarse. Dicen que el amor es ciego, pero tampoco hay que exagerar. JC había engordado considerablemente desde el primer ciclo. Se puede decir que cada año engordaba y la transformación de la chacota pasaba de decirle panzoncito (En el primer ciclo) a Chapulín el dulce con hambre (El sexto ciclo). Intrigado por esta cuestión, le pregunte a ella si es que continuaba con esa atracción irresistible por JC. Simplemente dijo: “es mi fetiche esa pancita”, con un movimiento de lengua pasando por todo su labio pequeño. Parecerá que la gracia desaparece por escrito, pero te puedo asegurar que no pude contenerme la risa. Pero fue una carcajada muy exagerada, tanto que le escupí en toda la cara. Ella se levantó de su asiento y nos reímos como dos niñitos que reciben cosquillas en una parte sensible del cuerpo. Me invitó a bailar y se puede decir, que me dio una cátedra de cómo se tiene que bailar salsa. No estoy exagerando, esas clásicas vueltas que se dan en la salsa como el látigo o el double turn me lo dio ella. Justamente JC me hizo una broma: “Chato, tienes que bailar no boxear” en la que todos los presentes se rieron considerablemente, incluida ella. Después seguimos hablando, pero por más esfuerzo que hago no puedo recordar. A veces creo que es por el ron que prácticamente era el único de los concurrentes que estaba tomando. Hay algo que si estoy seguro. No le prestaba atención porque mientras hablaba no me había percatado de lo hermosa que realmente es. Aún recuerdo  su cabello ondulado,  esas pestañas rizadas, esos pequeños labios delgados, su tez canela, y especialmente sus ojos negros brillosos. Pero que te puedo decir. ¡Esos ojos! Te pierdes en cada parte de su mirada anhelando ser parte de ella. Te produce tantos sentimientos y recuerdos. No sabría explicarte porque ni yo mismo me entiendo. Así que te ahorrare detalles nimios, para decirte que pase cada momento que pude contemplando esa parte especial de ella, que el tiempo pasó volando y ya eran las doce. Lastimosamente se tenía que ir para no perder la magia que tuvo esa noche. Sabía que no iba a dejar una zapatilla de cristal, por lo que apresuradamente le propuse una apuesta. Si JC no le acompañaba al paradero, me enseñaría a bailar. Si es que sucedía eso, me vestía de mujer por un día y ella escogía la ropa. Ella acepto. No tengo mucha suerte en la vida, pero ese día lo tuve, gané la apuesta. Tenía una excusa maquiavélica para poder visitarla. El resto de la fiesta sin ella fue aburrido, por lo que raudamente empecé a tomar toda bebida alcohólica que me dieran, incluso de 5 soles. El cómo llegue a mi casa, algún día lo sabré, aunque la divergencia sobre el tema de los presentes me quita la esperanza. Justo en esos momentos post-resaca pude reafirmarlo: todo me recuerda a ella (Al ritmo de una recién adulta Dana cantando “All Kinds of Everything” en Eurovisión 1970). 


Ella
Retrato 100% real no fake de ella
FUENTE: Pinterest

A la semana siguiente, estaba dubitativo si tenía que visitarla, ya que sería fácil al quedar su sede a unas cuadras donde estudio. Te juro que solamente pensaba en ella y del buen momento que pasamos juntos aquella noche. Pero también me atormentaba la idea de tratar de robar a la enamorada de JC. El pensar en ella influyo más en mí, que me propuse ir a su sede temprano (Se llama El anexo 8). Elegí ir un miércoles porque ese día era su descanso y no tenía que trabajar. Fui a la 1 cuando acababa las clases de casi todas las carreras del turno mañana. Digo casi, porque descubrí las clases de ella terminaban a las 2:30 por ese día. Como mis clases todavía comenzaban a las 6, me propuse esperarla en las mesitas de concreto ubicadas en el patio central. Estaba concentrado en una tarea específica sobre Maquiavelo, cuando una voz familiar me llamaba por mi apodo: “¡Chato!, ¿y ese milagro? No me digas que estas esperando a alguien, chato picaron”. El solo escuchar esa manera relajada y pausada de hablar supe que era JC. Le iba a contestar de una manera sencilla y sofisticada como: “Estoy esperando a tu enamorada, gordo conchedetumadre”, pero simplemente respondí que estaba haciendo hora. JC me dijo que iba a recoger a su enamorada para comer y si quería les podría acompañar. La idea era agridulce, pero acepte con la idea de mirarla una vez más y que ella también pudiese hacer lo mismo conmigo. Grande fue mi desazón cuando estos dos tortolitos no se dejaban de mirar y besarse apasionadamente en mí delante. Yo solo atinaba a comer y reírme sarcásticamente con pequeñas bromas como; “Mejor búsquense un hotel” (Sabiendo que yo tenía que ser el actor principal de esta comedia romántica). Cuando ya eran las 5 me despedí de ellos. Primero me despedí de JC con un abrazo, para luego despedirme de ella. Yo solo quise darle un beso en su mejilla, pero me agarro desprevenido y me abrazo estrechamente. Alegremente me dijo: “Aun me acuerdo de la apuesta, solo dime el día que puedas y te enseñare a menear como se debe”.  Acto seguido, los dos enamorados abrazados se fueron rumbo un paradero desconocido. No se adonde se fueron, simplemente JC no fue a clases ese día. Yo me quede mirando a los amartelados por un momento, para luego irme en dirección contraria. Me fui pensando en el despido de ella. Me quedo mirando con esos ojos negros brillosos. La vi como una niña dulce e insegura de los estudios, la vida, del amor y que aun quería experimentar más de este bendito mundo. Sonreí por un momento, porque comprendí que aún tenía esperanzas. Me dije a mi mismo que si el protagonista de "El amor en tiempos del cólera" Florentino Ariza esperó más de 50 años para estar con Fermina Daza después de que murió su marido, ¿Por qué yo no haría lo mismo? Obviamente no voy  a esperar hasta que se muera JC (eso sería ser un mal amigo), solo me queda esperar que un desenlace fortuito la lleve a mis brazos (A veces me pregunto si realmente soy un mal amigo, ¿Tu qué piensas?) Agarré mi viejo MP4 y me fui cantando la primera canción que aparecía en orden alfabético: Affirmation de Savage Garden. No sé si será una simple casualidad o un augurio de mi futura vida. Te cuento que estaba tan emocionado que puse la opción aleatoria  y me resulta un reggaetón de la vieja escuela, que tiene una letra muy simpaticona:

“…Cuando hay personas que se aman, el amor tiene que vencer
Y ya el marido entiende que perdió su hembra ahora es tu mujer
No pueden ganar los tres”

Ya me imagino que sabes la canción.

PD Estimado lector, si siente curiosidad por las canciones descritas en este cuento, puede escucharlas en este playlist en Spotify

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