La globalización, el espejo del desarrollo


Tras las sombrías épocas de guerra, entre las revoluciones que alteraron los sistemas políticos que dirigían a los pueblos oprimidos, con el fin de las modas, la unión entre países y la destrucción de cualquier alternativa a un modelo económico y forma de vida en gobierno único; surge junto a la nueva era, un fenómeno que en su discurso propone mejorar la situación de todo el mundo. Tejiendo redes para unir a todo el globo, tal fenómeno fue llamado globalización.

Muchos podemos asociar la globalización con la modernidad, producto de innovaciones tecnológicas, que con el paso de los años, han permitido mejorar muchos campos científicos,  implementando nuevas cosas; uno de los ejemplos de este proceso se evidencia en como la comunicación se ha ido progresando, dejando a un lado medios antiguos como el telegrama, la entrega postal de cartas, aplicando tecnologías que hasta la segunda mitad del siglo XX pudieron ser concebidas nada más como ciencia ficción, producto de la imaginación de algún director de cine. Pues lo cierto es que el desarrollo de los celulares y con esto, las creaciones de servicios que permitirían a sus usuarios estar “más cerca” de sus conocidos - pasando por los mensajes de texto o SMS hasta los actuales mensajes por aplicaciones como WHATSAPP – en la actualidad vemos que esto ha separado a las personas, haciendo de todos una sociedad individualista, en la cual la preocupación por lo demás es tan reducida, que se puede considerar casi inexistente.

Esto es solo una pequeña parte de lo que la globalización está causando, pero antes de continuar considero necesario resaltar las diferencias que Ulrich Beck hace respecto al globalismo, la globalización y la globalidad. Donde lo primero es el discurso legitimador del neoliberalismo usado para explicar la globalización que se entiende como un conjunto de procesos económicos, técnicos y culturales de la globalidad, está por último simboliza la articulación mundial de la vida social y personal que trasciende lo nacional y estatal. Partiendo de esta diferenciación, la globalización, nos ha vendido una idea de desarrollo e igualdad de recursos, prometiendo disminuir la pobreza, pero contrastando su discurso con la realidad, es evidente que este proceso de unificación de países únicamente le conviene a los países que tienen control sobre la economía mundial, o mejor entendido una sola potencia, porque aunque en Asia estén surgiendo nuevas fuerzas económicas como China, debemos reconocer que son los Estados Unidos los dueños del dinero en el mundo.

Hace falta nada más ver como el Fondo Monetario Internacional (FMI) con sus políticas de liberalización del mercado de países del tercer mundo, que dicho sea poseen una gran diversidad de recursos naturales, proponen explotar todas las riquezas naturales que puedan ubicar en tales países. Aunque algunos pongan resistencia al proceso de liberalización, no es posible hacerlo, pues de alguna manera se ven obligados a participar de manera “voluntaria” a ser parte del nuevo mercado global, de lo contrario los intereses de la deuda externa aumentarán. Esta ampliación del mercado se logra a través de tratados que acompañados por la premisa de un desarrollo sostenible que conducirá a la mejora del país, son firmadas sin mayor objeción. Antes de los 70, el producto interno bruto anual en los países de América Latina era de un 5.9%, luego del 2000, el PIB en esta zona no supera el 2%.

Haciendo un breve hincapié en la historia, tras la muerte de las artes después del periodo de guerras, las personas comenzaron a ser consumidoras de propaganda, empezaron a leer comerciales, dejando a un lado la lectura clásica, incluso desestimando el valor de libros infantiles, lo cual produjo que la cultura occidental fuese teniendo quiebres sociales.

Este quiebre es aprovechado por un poder único y dominante pues organismos como el PMI lejos de derivar fondos para la educación en países tercermundistas como Nigeria, Etiopia, prefieren derivar sus fondos a la restauración y al aseguramiento de los bancos ante cualquier crisis, y aunque la función de tal organismo sea esta, no permite que el Banco Mundial apoye al desarrollo sostenible del resto de países pobres. Pues simplemente piensan que un país más ignorante es más fácil de manipular, ya que lejos de la educación, lo que necesitan sus líderes es dinero.

Sin embargo, la globalización y todo su proceso no han ayudado mucho a cambiar las cosas con respecto a la cultura y a la educación, pues aunque se hayan hecho innovaciones tecnológicas y todo en su mayoría se haya digitalizado. Solo es visto con fines de entretenimiento y no más bien como una herramienta para ayudar al desarrollo de la educación. La globalización no solamente ha generado que seamos menos sociales, sociables y socializables, convirtiéndonos en seres monótonos e individualistas (que como lo dije al comienzo, somos despreocupados por el resto, casi ya sin empatía) sino que ha logrado lo que durante toda la historia de la humanidad se ha buscado eliminar, cosas de las cuales personajes como Adolf Hitler estarían orgullosos, a lo que me refiero con esto es que, la modernidad de la globalidad ha causado el aumento del racismo, de la pobreza, de la xenofobia; esto como producto de las ampliaciones de mercado, de conflictos internos en los países que están en contra de las decisiones que toman sus gobiernos para resolver los problemas económicos internos. Dentro de las crisis que hay en la globalización, está también el extractivismo, otro fenómeno que vende atraso por progreso. Este proceso económico más que dañar la vida del hombre, destruye de manera inconsecuente la naturaleza, generando un desbalance entre lo natural y lo artificial, y lejos de ayudar al desarrollo de los países periféricos, productores de materia prima, lo que provocan es dañar su biodiversidad, dejando en ellos la ilusión de una economía sostenible, pero tan solo es una prosperidad falaz, dado que al terminar la concesión de la empresa en determinada zona, según los acuerdos del contrato, la corporación seguirá trabajando en la tierra, sin darles nada a los pobladores después de lo ya otorgado previamente.

Pobreza, desigualdad social, déficit educativo, deterioro de la naturaleza, rompimiento de los vínculos sociales, individualización de la sociedad, consumismo de lo que no se necesita, tecnificación del trabajo, desempleo y sustitución del hombre por la máquina, tal vez sean algunas de las etiquetas que se pueden utilizar para referirnos a la globalización o a sus repercusiones, sin embargo no dejan de ser invenciones humanas, como lo fueron las revoluciones industriales, la invención de la bomba atómica o el descubrimiento de la rueda; únicamente son procesos que con el devenir de la historia quedarán enmarcados en los cánones de la humanidad, probablemente la nueva era no es como los artistas del siglo XX nos la pintaron, ni como la describieron libros distópicos, o quizás como la imaginaron los más viejos, no es un mundo en el cual la pobreza ha disminuido, ni tampoco un lugar donde se hayan conquistado otros mundos (en este caso más bien nos hemos conquistado unos a otros, a través del poder y la fuerza del dinero), y probablemente sean concepciones demasiado surrealistas propias del imaginativo vanguardista, lo cierto aquí es que la histeria y paranoia colectiva imperan en la sociedad, sociedad donde al mismo tiempo sus integrantes se dividen, y los vínculos se separan.

La globalización. Problema que nadie acepta como tal

Luego del fin de la guerra fría, la humanidad se enfrentó a un nuevo fenómeno, una revolución global, en la cual la premisa de innovación es como se presenta tal suceso, la globalización, otorga en tiempo real, la información, así mismo nos comunica inmediatamente con quienes se encuentran en lugares muy lejanos a nuestra ubicación actual, pero esta acontecimiento tiene consecuencias para el desarrollo mundial, del cual no nos damos cuenta.
  •          Segmentación, diferenciación y marginación de personas, grupos sociales, actividades, regiones y países.
  •          La globalización del crimen organizado, el tráfico de drogas y de armas, la prostitución, la globalización de la tecnología, el blanqueo de dinero, la agresión violenta y que se conectan a través de la Internet constituyen una amenaza seria para los Estados-nación.
  •          Los estados emergentes pierden poder anterior, autonomía, soberanía, capacidad para decidir por sí solos la solución de sus problemas.
  •          Surgimiento de tendencias deshumanizadoras, elitistas, centralistas, discriminatorias, marginadoras, empobrecedoras y de exclusión social.
  •          Degradación de condiciones de trabajo y del medio ambiente.
  •          Incremento de la economía informal, economía criminal y del capital especulativo.
  •          Creciente poder de las empresas multinacionales y de los medios de comunicación social.
  •          Disolución de la resistencia a la explotación que imprime el sistema capitalista.
  •          El ascenso de un poder político global en la estructura de autoridad de los Estados del mundo.
  •          Aparición y desarrollo del Grupo de los 7 países (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) como instancia suprema de resolución de las contradicciones entre las grandes potencias dominantes, y el consiguiente dominio político y económico de estos países sobre el resto del mundo.

Nuevo conflicto mundial

Además de la globalización, con el fin de las guerras mundiales, y con la caída de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, en algunos países se comenzaron a formar grupos guerrilleros que luchaban por la misma razón que la Rusia de 1917, es decir una política más justa en sus países, tal es el caso de las FARC en Colombia.

Hoy en día, el conflicto mundial dejó de ser el debate entre el capitalismo o el comunismo, pues con la creciente lucha de países subdesarrollados por alcanzar una mejoría para cada uno de sus habitantes y dejar de depender de una dictadura que ha dañado su desarrollo debido a la corrupción, es el conflicto armado, el cual se origina no solo por las dictaduras de hoy en día, sino también por las crecientes invasiones por extraer recursos. Se pude afirmar entonces que es una guerra entre el conflicto armado contra la política  extractivista, producto del creciente mercado internacional, nacido a partir de la globalización.

Sin embargo, más allá de echarle la culpa a una potencia mundial, lejos de conspirar e inventar teorías sobre quienes nos controlan, muy aparte de quién sea más rico o qué países en guerra nos conducirán a otra crisis global, son nuestras acciones las que deciden y dirigen el destino del lugar en el que habitamos y de todo lo que en él se realice. Y… ¿Cuándo el desarrollo de la humanidad no perjudicará el bienestar de la naturaleza? ¿Cuándo dejaremos de ser nuestro propio enemigo?

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