El black metal, un subgénero del metal originado a
mediados de 1980 en Noruega, cuyo nombre es tomado del álbum de la banda Venom
titulada del mismo modo, es considerado como una de las variaciones más
extremas del metal, no solo por su sonido estridente, y liricas que son cantadas
con una voz rasgada, que, para quien es ajeno a este estilo de música puede sonar
simplemente a ruido; sino también que la vestimenta de algunas bandas genera extrañez
en la sociedad, ya que una de las características de este estilo musical es,
además de la vestimenta negra, usar también un maquillaje blanco que cubren
todo el rostro, el cual es contrastado con sombras oscuras alrededor de los
ojos, asemejando la imagen que tienen las calaveras.
Se tiene por entendido que la temática de sus
canciones es satanista, sin embargo, esto no resulta ser cierto, ya que el
concepto de las canciones varía según cada banda. De acuerdo a Varg Vikernes, líder
de una de las bandas pioneras del género (Burzum) manifestó que el principal
motivo por el que nace el black metal es por nacionalismo hacía su país,
resaltando en sus letras, la mitología nórdica, por otro lado, la quema de
iglesias llevadas a cabo por la primera oleada noruega de la escena blackmetalera
no fue producto de una demostración de satanismo sino una protesta contra el
cristianismo que construyó templos sobre antiguas ruinas nórdicas, importantes
para la cultura del país. No obstante, tales actos, ante los medios de
comunicación, representan la oposición a la religiosidad occidental, quedando
así la imagen de un grupo contracultural.
Desde su nacimiento en Noruega, hasta el día de hoy,
el género ha ido sufriendo transformaciones, en algunos casos, dejando de lado
el misticismo y hermetismo que hacía de este, un género tan particular, que
aborda en sus letras temas como la muerte, la religión, la filosofía, la mitología
o la literatura. Pero además la atmosfera generada por los instrumentos, genera
un ambiente que puede compararse a la poesía de Baudelaire, la cual, aunque sea
fría, no deja de ser arte.
Ahora bien, en los recientes años, nuevas bandas han
surgido en el terreno del black metal, y como rosas que florecen en un huerto
que se daba por marchito, esta nueva generación surge tomando los conceptos
base, añadiéndoles una característica de cada región, tal es el caso de la
banda polaca Batushka, la cual incorpora a sus melodías cantos corales de la
iglesia ortodoxa, consiguiendo así un ambiente de culto, celebrándose un
ritual, ya sea religioso o pagano. Otro detalle resaltante del black metal, es
el uso de imágenes pertenecientes a cuadros, usando como ejemplo la banda
anterior, la cual en su primer trabajo titulado LITURGIA (traducido al español),
cuya portada es una pintura de María y Jesús, en un estilo similar a los que adornan
las iglesias ortodoxas; otro ejemplo es la banda portuguesa Omitir, quien también
incorpora elementos folclóricos a su sonido, y en uno de sus trabajos hace uso
de una pintura del artista portugués José Malhoa, titulada Sétimo Mandamento.
Portada del álbum Ode (2020) – banda Omitir
Ante todo esto, puede ser que el black metal sea uno de
los géneros más extremos entre las muchas variaciones que hay dentro del metal,
y me refiero a que es uno de entre tantos, ya que existen más opciones, pero
ahondar en ello por ahora no viene al caso, ya que el motivo es expresar que el
black metal es una manifestación cultural que a pesar de haberse desarrollado
en medio del caos y la tergiversación de su origen, ha conseguido mantenerse
como un grupo contracultural que mantiene (en su mayoría de representantes) la
estética y se mantienen en la idea de manifestarse contra lo que no están de
acuerdo. De la misma manera, considero adecuado ser apreciativos con cada tipo
de arte que nos permita conocer más sobre otras sociedades y culturas, y aprovechas
los elementos que estos nos puedan ofrecer para crecer y desarrollar mejor
nuestras ideas y percepción sobre la realidad.
Álbum Filosofem – Burzum
Fuente: Google Imágenes
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