Recientemente estuve leyendo un libro que resalta lo beneficioso o perjudicante de la “Cultura organizacional” lo que se entendería como ambiente laboral, dentro de las empresas y organizaciones. Evidenciando estructuras negativas en el contexto actual, las cuales serían jerarquías muy rígidas, que no permiten el desarrollo del personal como equipo.
Como parte de una organización son diversos los
factores que la integran, ya sean tangibles o intangibles y son necesarios para
que puedan existir y posicionarse. En el presente libro el centro de atención
será, según el autor indica, en lo más importante: La cultura organizacional.
En el proceso de implementación de un proyecto y como
se mantiene en el tiempo, el conjunto de estrategias, ideas, metas etc se verán
enormemente influidas por esta cultura organizacional, haciendo que si esta
falla, no importen todas las estrategias empleadas ya que no se podrá llevar a
cabo el proyecto. La cultura organizacional definirá la capacidad de
creatividad, iniciativa, entusiasmo y orgullo en el trabajo de equipo de la
organización y a su vez una “cultura negativa” producirá el efecto contrario,
catapultando la organización.
Debemos entender que al hablar de cultura hacemos
referencia a las personas que conforman la organización y generan el ambiente
que se tornará en el lugar, siendo este positivo o negativo. Por lo cual no
veremos a la cultura como algo material que se manifiesta a los ojos sino es
algo que podemos percibir llevando a cabo una mirada interna objetiva y
dispuesta a reconocer los errores en los que se puedan están incurriendo.
Tenemos la “Cultura inspiradora” y la “Cultura
tolerante” como ejemplos positivos de cómo debería ser el trato y ambiente en
una organización, olvidando el idolatrar a unas cuantas figuras jefes que no
permiten el desarrollo de otras personas. Estas culturas dan pie a la
generación de mayor creatividad y reconocimiento por los aportes dados, la
comunicación es una fortaleza y nadie está cuidándose de otro compañero.
También tenemos los Asesinos de Culturas, “cultura
estancada”, “cultura desalentadora” y “cultura tóxica” lo cual sería la
manifestación opuesta de lo anterior indicado, generando miedo y competitividad
negativa entre las personas. Lo cual incluso llegaría a generar que los
empleados hagan caso omiso si saben que su empresa está incurriendo en alguna
falta legal o ética ya sea con los mismos miembros de la empresa o con personas
externas.
Son puntos resaltantes dentro de este marco, el
lenguaje que se utiliza en la organización, apuntando preferentemente a uno
inclusivo e integrador de los participantes de la organización. También nos
recuerda, el autor, que el líder es el que marca la dirección y pauta para el
cambio y el rumbo a una cultura sana, sin embargo, también se resalta la
responsabilidad de cada persona sin importar el puesto que ocupe, recordando
que debemos empezar por la única persona que podemos influir directamente:
nosotros mismos, los cuales podemos ser agentes de cambio.
Dentro del caos producido por los líderes y empleados
de la empresa, con una visión objetiva de las experiencias negativas que van
pasando y la falta de crecimiento en el campo que se desenvuelva, se podría
llegar al cambio positivo. Marcada la pauta por los que serían los lideres o
jefes se podría mejorar la organización.
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