El amor en época de pandemia: parejas no convivientes


Sin duda alguna, el año 2020 empezó con un acontecimiento que nadie esperaba, pues la pandemia por el coronavirus limitó el ritmo de vida de la población a nivel global. Desde una salida al cine, caminar por la calle e incluso un saludo de manos beso en la mejilla y abrazos fueron cambiados por saludos de puño u otras variantes.


Escribo estas líneas por la sencilla razón que la pandemia concretó la unión de algunas parejas, pero otras llegaron a su fin, viéndose claramente en estadísticas en separaciones y divorcios. Causándome asombro entre en cuestionamiento ¿Cómo seguían manteniendo una relación las parejas que no conviven? ¿De qué manera afectó la pandemia para que la relación culmine? ¿Cómo surgieron nuevas relaciones a pesar de las restricciones para salir?


Toda esta interacción amorosa cae en el aprendizaje personal sobre cómo actuar frente algunas situaciones tanto positivas o negativas, valorando o decepcionándose en el camino, volviéndose aprendizaje de errores y aciertos, desde el primer acercamiento y sentir atracción hacia otra persona generando aturdimientos, aprendiendo en el camino hasta llegar a un punto donde cada persona tiene su propia concepción del amor, por hechos soñados o vividos.


Todos estos juegos de seducción y conocimientos respecto al amor de parejas se pusieron a prueba durante la pandemia, en especial por parejas que viven lejos o no conviven.


Los juegos de interacción donde los besos, los abrazos y las miradas fijas son cambiados por el uso continuo de redes sociales (chat, llamadas, videollamadas, etc). Incluso al volver  a verse fue complicado, el covid-19 interpuso restricciones como las mascarillas, el metro de distancia y el cierre o límite de personas en espacios públicos y privados, replanteándose así las expresiones de amor entre parejas.


Bauman (2006) escribió lo siguiente:


En todo amor hay por lo menos dos seres, y cada uno de ellos es la gran incógnita de la ecuación del otro. Esto es lo que hace que el amor parezca un capricho del destino, ese inquietante y misteriosos futuro, imposible de prever, de prevenir o conjurar, de apresurar o detener. Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última instancia, dar libertad al ser: esa libertad esta encarnada en el otro, el compañero en el amor. (p.21)


Al referirse a “incógnita” le da sentido respecto a lo inesperado, donde a pesar del esfuerzo de predecir será imposible, pues el amor es cambiante. Al decir cambiante, aumenta o disminuye con el tiempo, pero por ciertos acontecimientos externos o internos, haciéndola vulnerable.


La pandemia puso a prueba estas situaciones, un “capricho del destino” para repensar si es conveniente o no continuar una relación a pesar de la distancia (ya sea lejos o por restricciones sociales).


Al incurrir a la reactivación económica de manera gradual, permite que las parejas también disfruten el tiempo juntos (restaurantes, centros comerciales, lugares turísticos etc).


Sin embargo, algunas relaciones terminaron gradualmente, por la falta de entendimiento reciproco, es decir “todo amor lucha por sepultar las fuentes de precariedad e incertidumbre, pero si lo consigue, pronto empieza a marchitarse, y desaparece” (Bauman, 2006, p.23). 


Visto desde otro punto, la pandemia ayudo a muchos reflexionar sobre las relaciones amorosas que mantenían, ayudando a probar o evaluar si en realidad quieres pasar tiempo con la otra persona. Puedes conocer mucho a alguien, sin embargo, no es suficiente hasta que lo o la observas en momentos de crisis, permitiendo conocer aspectos de su personalidad que no conocías (de manera positiva o negativa). En todo caso, la pandemia ayudo a reconocer si tu pareja formara parte de tu vida o no.


El amor en época de pandemia: parejas no convivientes
Dibujo realizado por Darío Leguía

BIBLIOGRAFÍA

  • Bauman, Z (2006) Amor Líquido. México. Fondo de Cultura Económica 


Este artículo fue escrito por el estudiante de sociología Victor Illamat Pesantes.


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Victor Illamat Pesantes



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