El consumismo y marketing en Navidad


Las fiestas de Navidad y de fin de año son sin duda las fechas más esperadas por un gran segmento de la población. Es un momento de reflexión espiritual y de unión familiar ya que no hay mayor pretexto del año que este para poder reunirnos entre amigos y familiares y llevar acabo todo un ritual de celebración. Sin embargo, también es una de las fechas en la cual nos volvemos presos del consumo masivo de la simbología, publicidad y  de todo elemento que involucra esta festividad.


El acto de consumir es una acción natural e inherente en el ser humano, significa servirse de elementos, materiales o inmateriales, que satisfacen nuestras necesidades. El filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky señala que, a partir de los años 70 o 80 la sociedad ha pasado al hiperconsumo, en la cual el sujeto se sumerge al consumo masivo y desmedido de productos, dejando de lado las restricciones socioeconómicas y de clase, puesto que este se ha generalizada a todos los estratos sociales y ya no es solo exclusivo de clases opulentas. 


A todo ello se suma las estrategias de marketing que a través de una excesiva publicidad, tratan de impactar en las emociones del ser humano creando necesidades superfluas y banales en el ser humano. Es claro que la publicidad ha dejado lado la descripción de las propiedades del producto para enfocarse en vender estilos de vida, experiencias, viajes, deseos y espectáculo, puesto que en la actualidad todo aquello que consume el ser humano está orientado al hedonismo. 


En conclusión, la Navidad, la cual es una tradición cristiana en la que se recuerda el nacimiento de Jesús, ha pasado de llenar iglesias a centros comerciales y al igual que Año Nuevo se han convertido en uno de los mayores pretextos para el consumo masivo de productos.



El consumismo y marketing en Navidad

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