Esta es la segunda parte del artículo en el cual pudimos ver algunos de los mitos y leyendas más interesantes y quizás, para algunos (entre los cuales me incluyo), más escalofriantes de nuestra selva peruana.
El Tunche
La leyenda del tunche es una de las más conocidas entre los pobladores de la selva peruana. Según cuenta esta leyenda se dice que el tunche es un ser que vaga por la oscuridad de la selva, especialmente de noche. Su principal característica es un sombrío silbido que puede oírse acercándose a lo lejos, el cual anuncia la muerte de quien lo oiga. Existen muchas versiones sobre el origen de este maligno ser; algunos dicen que es un brujo, otros que es un demonio siempre en busca de almas perdidas. Sin embargo, la versión más común y popular es aquella en la que se dice que el tunche es el alma de un hombre atormentado por un profundo odio, un alma en pena llena de rencor que deambula libremente por la selva y toma la vida de todo aquel que se cruce en su camino. Este ser tiene la capacidad de adoptar la forma de un individuo conocido por la víctima para poder aislarlo y llevarse su alma pero se dice que se le puede reconocer porque las patas de cabra son lo único que no puede transformar al cambiar de forma. También se dice que aquellos que han tenido la "suerte" de salvarse de ser llevados por el tunche han perdido irremediablemente la razón pues se dice que cuando se presenta en su verdadera forma, es tal la impresión que causa que no le da a la víctima la oportunidad o la capacidad de reaccionar. Finalmente, en cuanto al destino de las víctimas, no se sabe a ciencia cierta que es lo que les ocurre; algunos dicen que el tunche solo se alimenta del alma de sus víctimas dejando el cuerpo intacto como un cascarón vacío por dentro, a merced de los animales de la selva. Lo único que se sabe con seguridad es que si alguien se encuentra con este maligno ser.
El tunche
La Sachamama
Es una boa gigantesca y solitaria, que vive en tierras pantanosas de selva adentro. Llega un tiempo de su vida, quizá milenaria, en que se incrementa su peso, es tal que ya no puede reptar, entonces busca un lugar para vivir permanentemente. Entonces libra, con su poderosa cola, un espacio lo suficientemente amplio, allí pone su cabeza y espera. El gran poder de atracción que tiene le permite halar a sus víctimas hacia esa especie de chacra que forma delante de su cabeza. Entonces, cualquier animal u hombre que, por ignorancia o descuido, pase por su delante ve solamente su cabeza. Pero ya será muy tarde. Porque habrá caído en el campo imantado de la Sachamama, atraído hacia su poderosa mandíbula, para luego ser triturado y tragado. Satisfecha su hambre, se pondrá a dormir por una larga temporada. Otros mitos cuentan que es la encarnación del espíritu de los ríos de la Amazonía.
La sachamama
El bufeo colorado
Al delfín rosado del Amazonas la gente lo llama simplemente bufeo colorado y así lo distinguen de sus otros hermanos que son de color gris. La leyenda del bufeo colorado narra la historia de un ser mágico que puede transformarse en un apuesto joven al que le gustan las mujeres jóvenes y bellas. Así, con esa apariencia, suele presentarse a la fiesta en la que participa la chica elegida. Como viajero de paso, baila y enamora a la muchacha, invita a beber a todos los participantes y así se gana la simpatía general. Pero él no come ni menos bebe licor, porque si se emborracha, se rompería el encantamiento y se descubriría quién es. Cuando la muchacha ya es la enamorada del bufeo, él la colma de regalos y atenciones. La visita siempre por las noches y se marcha antes del amanecer. Así en poco tiempo, la mujer enamorada empieza a mostrar una conducta extraña, porque gusta de permanecer todo el tiempo junto al río. Si esta situación no es notada a tiempo por sus familiares y no se la envía con un buen chamán, puede terminar desapareciendo, ya que en su deseo de estar siempre junto a su “bufeo” enamorado, terminará arrojándose al río para no salir jamás.
El bufeo colorado
Los Ayaymama
Cuenta la leyenda que una epidemia
estaba acabando con la gente de una comunidad nativa. Que la madre de dos
niños, sintiéndose con los primeros síntomas de la enfermedad, quiso salvar del
mal a sus pequeños y entonces los llevó al monte, muy lejos y los dejó en ese
lugar. Cerca de una linda quebrada, abundante en peces y árboles frutales. Con
gran pena los dejó, sabiendo que no los volvería a ver más. Ellos jugaron,
comieron frutos y se bañaron en la quebradita, pero ya en la noche sintieron la
falta de su madre y partieron en su búsqueda pero se perdieron en el monte.
Asustados, llorando de pena decían
cómo no ser aves para poder volar donde mamá. Y el dueño del monte tuvo pena y
los convirtió en avecitas y ellos volaron, pero cuando llegaron a su pueblo
vieron que ya nadie vivía, todos habían muerto. Desde entonces no dejan de
volar y volar, y cuando se posan en lo alto de un árbol, cansados de buscar a
su madre, hacen oír su canto lastimero “ayaymama,
ayaymama”.
Los ayaymama
El Yacuruna
Es el espíritu mágico más importante de la selva baja. Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal. Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra en las cochas montado en un enorme cocodrilo o lagarto negro. Cuando viaja, se adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos de tortugas de río.
El Yacuruna
Finalmente, aprovecho la oportunidad para brindar unos agradecimientos especiales a Patrick San Martín en la realización del presente artículo, tanto en la primera como en la segunda parte.
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