Me he formado en la escuela de sociología pensando en literatura.
he consumido mas de Reynoso,
Verastegui, Arguedas y Capote, que, de Simmel
Bordeau, Marx y Weber.
He divagado noches enteras siguiendo los pasos en busca de Aladino y fumando cigarrillos en alguna esquina de Lima en Rock. Enamorado de Lezama, ebrio de nicotina.
Tratando de recitarte algo
escuchando lo que tratas de decirme y lo que realmente me dices.
Me fui de excursión con una obra
de teatro
Las noches fueron círculos por
los que transcurrimos
En centros poblados y caseríos, exiliados
del asedio.
En el recuerdo. Lo poco que
quedaban de aquellas plazas de concreto
Eran sus luces de semáforo y
algunas farolas rotas del Jirón de la Unión
Era casi invierno y bajo la luz
de unas velas íbamos a Radio Ciudad Perdida
porque las torres eléctricas en
aquel entonces
sucumbían bajo la consigna de una
revolución sin algún sentido aparente.
De esta manera
El ordenamiento de mis lecturas
resultaron ser una anomia total
nunca entendí a Simmel, ni a
Beck, sentía que complejizaban mi existencia
mis pupilas andaban en busca de
otras formas de amor en la metrópoli
y mi vida mental de por sí ya era
un caos, un riesgo.
Así es como llegue al poeta Cesar
Calvo, en su viaje a la amazonia.
En busca de Ino-Moxo, nos
refugiamos en un bosque de sonidos,
De encuentros y desencuentros;
sedados con la lucidez de las flores
Bebiendo de la corteza de los árboles
y sus raíces.
Perplejos por haber conocido
nuestras animas
Nuestras almas a través del curandero.
Todas
aventuras ajenas a la metrópoli
escépticas para la ciencia
retrograda de un pupitre
pero yo ciego en la militancia
gastaba mis ultimas fichas subastando nuevos caminos en prosa.
alguien me presento a Muñoz
Molina alguna vez.
Aquel personaje me trajo de
regreso a la ciudad y sus carteles de anuncio,
a sus luces bohemias de botellas bacias y de cristales rotos.
De belleza innata.
Me ínsito a leer las calles, a
escuchar el discurso político de los muros
Y todo lo que nuestros ojos
puedan tragarse de un bocado.
Todo aquí fluye distinto
Es una construcción Fordiana del
tiempo, vidas en serie
Como la ultima camisa que me
compre a plazos.
Paradojas de la sociedad moderna
en términos de Lipovetsky.
En conclusión y, en resumidas cuentas,
mi repertorio literario
es producto causal de mi indisciplina
como estudiante
porque solía pasar mucho más
tiempo en la biblioteca Vargas Llosa,
que en la vieja y polvorienta
biblioteca de mi facultad.
O metido en aquel sótano de la Av.
Abancay en lugar de la sala de ciencias puras.
Me haz transportado a aquella Lima gris, de mosaicos culturales llena de luchas y contrastes.
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