Érase una vez una reina

 

Todos miran sorprendidos a los medios televisivos, pues se rumorea que una reina se aproxima a lo lejos, sólo se conoce su procedencia, tiene apariencia de ser inofensiva, dicen que ha matado a unos cuantos.


Ya todos quieren saber más de ella, lo que está haciendo no es nada loable. ¡Reina deténgase!, déjese conocer un poco más.


Sabemos su majestad que los humanos no estamos haciendo lo correcto en su reino, pero dígame ¿Es acaso esa la razón crucial para tomar esa decisión de acabar con la vida de miles?


Si el daño es grande e irreparable, tal vez podamos hacer algo por usted. ¡Deténgase! y deje de multiplicarse tan raudamente, mire que todos no están en las condiciones de recibirla.


Del continente asiático paso a Europa, sabe que ayer murió el anciano del piso 6 en una calle de Venecia, murió solo y no pudo ver a su familia por última vez, este sufrimiento humano tan profundo que está causando, solo la hace ser la más despiadada y cruel de todos los tiempos, utiliza su inteligencia para seguir reproduciéndose, causa daño emocional y social, en todas partes se desató la crisis económica y sanitaria.


A ver si la entendemos... ¿Quiere matar a muchas personas? ¿Esto es parte de su venganza? ¿Cierto?


Ha pasado solo algunas semanas, que rápido viaja usted ya está en América y otros continentes, déjeme decirle que es muy famosa, su nombre se escucha por todas las radios, televisores, todo el  ciberespacio y diarios. ¿No se siente usted complacida?, es tendencia mundial.


Dígame ¿Qué lleva escondido bajo su inofensivo atuendo y bella corona?


El cielo da las gracias, las aves, las plantas de los parques.


¡Mírenlos están felices!, no tienen a su alrededor aire contaminado, el sol se asoma tímido, ve con mayor claridad la realidad, y se pregunta ¿Qué está pasando?, aún no puede creer lo que ve, ¿Es acaso la escena final del accionar humano? ¿Se intenta simular al “paraíso”? ¿Es un espejismo? ¿Los humanos acabaron con la actuación de su teatro consumista? ¿Es sólo un sueño?


La realidad muestra que es el miedo a morir por un virus que es minúsculo en tamaño y enorme de poder, es letal, invisible, veloz e impredecible. Todos se encuentran escondidos de la reina, todos crean sus encierros en su propia libertad de hogar. En un refugio donde compartir con la familia es lo primordial, es irónico pensar que una pandemia puede hacer un favor a las personas, pero no todo es “color cielo sin contaminación”, la ignorancia sigue perenne en las calles, en cada casa y justamente la ignorancia es uno de los virus que mata lentamente a una sociedad.


A una sociedad que desde antes caminaba con una mascarilla en los ojos y en los oídos, tratando de encubrir sus más grandes atrocidades sin remordimiento alguno.


Ahora solo la naturaleza le está dando una gran lección a toda la humanidad por la gran desidia en el cuidado y la poca racionalidad e insensibilidad dada en el pasar de los años.


Érase una vez una reina

Este Artículo fue realizado por la estudiante de sociología Miriam De La Cruz Galindo




Miriam De La Cruz Galindo






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