“Si la montaña no va a Mahoma; Mahoma, irá a la
montaña”, seguramente
hemos oído o dicho esta frase, sin embargo, es probable que no sepamos
exactamente quién es Mahoma.
Para hablar sobre este personaje, es necesario abordar
un poco de historia, sobre todo, porque estamos hablando de una cultura, que,
ante nosotros aparece como desconocida o poco hablada. Hacia inicios del siglo
VII d.C., en la península arábiga (territorio que actualmente se encuentra
ocupado en su mayoría por Arabia Saudí), en medio de tribus nómadas que tenían
como principales religiones el cristianismo, el judaísmo y el animismo; aparece
un hombre llamado Mahoma, quien comienza a predicar contra la corrupción de su
ciudad de origen (Meca) sin embargo, al ser perseguido, se refugia en la actual
ciudad de Medina, lugar donde su doctrina tendría buena aceptación; tras haber
reconocido a Alá como su único Dios, y proponerse a sí mismo como el último de
sus profetas, en la misma línea de Abraham, Moisés y Jesús.
Esta nueva doctrina seria adoptada por las tribus
árabes, llamándose islam, reconociendo a Mahoma como su fundador y mensajero.
Conociendo ahora quién es el personaje de la frase con
la que comenzamos, sigamos descubriendo detalles interesantes sobre la cultura
árabe, que, además no es lo mismo que musulmán, ya que este último término hace
referencia a la persona practicante del islam.
Partiendo conque, a través del idioma, hemos recibido
influencia del árabe, tanto en sustantivos comunes como propios, incluso en el
arte, algunos aspectos arquitectónicos son o formaron parte de la edificación
de algunos países de occidente; en España, por ejemplo, una región con una
fuerte influencia de esta cultura es la región de Andalucía, de donde también
fueron la mayoría de expedicionistas que llegaron a américa por mediados del
siglo XVI. Asimismo, en Perú, durante la década de 1920, en la entrada de la
hoy llamada Av. Arequipa se encontraba un arco de corte hispanoárabe, “arco
morisco” (actualmente hay una réplica en el parque de la amistad en el distrito
de Surco).
Por otro lado, y retornando al punto de inicio, uno de
los aspectos culturales más interesantes y por ello, respetables tanto de los
árabes como de los musulmanes, recae en la religión, ya que, la representación iconográfica de Mahoma está
en cierto modo prohibida; aunque hay algunas imágenes sobre él que datan de los
siglos X y XI y esto se debe a que, no necesariamente el Corán indique que esto
sea pecado, sino que, al darle una imagen al hombre, su mensaje se
convertiría en idolatría; y para ellos es más importante la obra por encima de
quien la realiza ahora tomando esto en cuenta, está claro entender su
malestar al ver alguna representación de este personaje, más aun viniendo de
extranjeros, ya que para ellos sí está prohibido hacerlo; sin embargo, hay
ciertos grupos que digieren el mensaje de la no iconografía de manera más
radical, ocasionando solo, alimentar el estereotipo engendrado entorno a ellos
mismos.
Finalmente, resulta curioso explorar más sobre una
cultura que, aunque parezca mito, he emergido de las arenas del desierto y que,
a través de múltiples manifestaciones culturales, ha tenido recibimiento en la
sociedad occidental, aunque esta, ni siquiera lo sepa, desde la música, hasta
lo ya antes mencionado; como el idioma, la arquitectura e incluso las ciencias.
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