En el día a día, ¿cuánto reflexionamos sobre los corales marinos? Considero que la respuesta es que ni siquiera lo hacemos. A pesar de que formamos parte de un gran sistema entrelazado en su totalidad, no conocemos mucho de los demás componentes; sin llegar a considerar que tanto sus formas de vida como la preservación de estas son fundamental para nosotros mismos.
Empezando por una presentación sencilla, los corales marinos son animales que agrupados forman colonias. Estas colonias son como nuestras ciudades, albergan diferentes especies marinas, las cuales toman estos corales por casas (como se puede ver de forma muy bonita en la película “Buscando a Nemo”) y representan para estas especies seguridad frente a otras criaturas marinas. En estos arrecifes encontramos dinámicas propias de una sociedad, con funciones que cumple cada quien y un tránsito concurrido al salir el sol.
Nosotros mismos tenemos relación con estos arrecifes que se forman, estos corales traen para las zonas donde se encuentran turismo, además genera las posibilidades de pesca debido a que alberga a múltiples especies. No conforme con esto, el mundo farmacéutico también ha tenido interacción con estos corales de los cuales han salido opciones de medicamentos para los seres humanos, entre otras funciones.
Sin embargo y a pesar de la posibilidad de una armoniosa relación de nuestro entorno con el de estas especies marinas, esto no es así. Desde finales del siglo pasado ha empezado un proceso de “blanqueamiento” de los corales, esto significa que los corales están muriendo, víctimas de procesos que se dan en la tierra y fuera de su control.
Los corales han sobrevivido a la extinción de los dinosaurios; sin embargo el proceso que hemos causado está matándolos a un paso acelerado. Este es el “calentamiento global”, debido a la elevación que se ha producido de la temperatura marina, este hábitat ya no es propicio para los corales. Es como si a nosotros nos diera fiebre, no es algo con lo que podríamos vivir por mucho tiempo. Lo mismo pasa con estas ciudades marinas, mueren al poco tiempo de empezar su proceso de blanqueamiento y con esto también desaparecen todas las especies para las cuales estos corales fueron una casa.
Además está la sobre explotación de la pesca y la contaminación por parte de los plásticos que afecta y vuelven más vulnerables a los corales que aún están vivos.
No tenemos que ser biólogos marinos para conocer estos procesos sin precedentes y que nos afectaran a nosotros mismos. Despertar al conocimiento de nuestro entorno es nuestro deber para poder desde lo individual hacer frente a problemas como este y de preferencia que sean evitados a futuro.
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