Como muchos de mis compañeros y compañeras, curse la carrera de sociología, con subidas y bajadas, a veces con ganas y otras con más ganas de lo que podría expresar pero debido a factores tanto internos como externos no siempre es lo que uno quiere que sea, porque de lo que no se habla casi nunca es que siendo estudiantes hay algunos casos en los que el estrés, la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico se vuelven tan cotidianos con tal de rendir y de pronto un estudiante brillante necesita ayuda psicológica pero aún, al parecer, sigue siendo un tema tabu en el centro de bienestar universitario... La salud mental nunca es tan urgente, aunque claro, nada que un poco de medicación que vaya mermando la salud, supuestamente no vaya a solucionarlo todo (porque para el área de psicología de la UNFV, después de las 12am ya nada es tan urgente).
Dejé que la universidad pasará por mi, como muchos de nosotros, hice amigos y amigas entrañables... Una realidad que hoy suena lejana ¿Un día fui tercio superior?, ¿Un día aprobé los exámenes a punta de amanecidas y esfuerzo?, ¿Un día fui la alumna que quería ser?; como Marshall Berman diría "Todo lo sólido se desvanece en el aire" en que se convirtió todo y de qué vale mi Curriculum Vitae para las empresas tanto privadas como para el sector público, si bien es cierto no busco el reconocimiento al menos hoy en día ya no, buscaba encontrarme dentro de todo ese "sacrificio" innecesario que creí casi parte de la dinámica estudiantil, incluyendo el desgaste emocional que esto conlleva, pero dentro de todo esa entrega hay una realidad que nadie podría contar, porque mostrarse débil solo alimenta la incapacidad en una realidad en dónde quieres convertirte parte de ese engranaje necesario para la sociedad dentro de la práctica efectiva de tu carrera, ser aceptado y relevante, no obstante dentro de la biografía personal de cada estudiante, la realidad termina siendo a veces gratificante y otras aterradora, en dónde una pared del concreto más dura y doloroso te aclara muy bien la situación.
Capacitaciones difíciles de costear, plazas de empleo reducidas para las ciencias sociales, situaciones externas que influyen en las plazas, la falta de contactos y aquella universidad a la que tanto nos costó ingresar que nos otorga los papeles necesarios después de realmente necesitarlos. Si, en nuestro país la situación siempre ha estado difícil y no recuerdo haber escuchado un discurso más alentador que "La situación será difícil pero hay que anteponerse".
Y no, no me mal interpreten esto no es una queja ni un lamento, es más un reflejo de lo que vivo y también de algunos de los que conozco. La pregunta que queda es ¿Que hacer? Cada vez que enviamos ese currículum pero nos responde una ong que aclara que no nos remunerará o simplemente no hay respuesta.
Porque después de cinco años, no habría mejor recompensa que dedicarnos a lo que nos apasiona. Cabe aclarar que lo dicho no son afirmaciones generales y no todos pasan por ello pero ¿Por qué dejar atrás la verdad de algunos alumnos y alumnas?, porque de todos los puntos de vista es relevante.
Cualquiera diría que todo depende de uno... ¿Pero realmente TODO lo es? O es que el sistema no es lo suficiente pero claro, nadie espera que un profesional se queje o se vulnerabilice ¿O si?...
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