Abogados, ingenieros, tecnócratas, economistas, entre otros. La sucesión de profesionales de diversas carreras en la búsqueda de poder ha sido innumerable. Lastimosamente, en muchos países (especialmente en Latinoamérica) no se han cumplido el objetivo principal de todo actor que entra en la política: “Buscar el fin común”. Muchos políticos buscan el beneficio personal a través de acciones ilícitas que perjudican a todos los ciudadanos. Alfonso Quiroz, en su famoso libro ‘Historia de la corrupción en el Perú’, concluye lo siguiente:
Viendo esto, debemos plantearnos los postulados de los filósofos griegos Platón y Aristóteles sobre el gobierno ideal entablado por los filósofos. ¿Es momento que los filósofos accedan al poder?
DIBUJO REALIZADO POR: Darío Leguía |
UNA GRECIA FRAGMENTADA
Estos
filósofos vivieron durante el contexto histórico de la decadencia hegemónica de
Grecia. Las diversas polis no tuvieron un plan unificador e integral para
salvaguardar al país helénico, cada polis establecía su imposición en desmedro
de los demás. Atenas alcanzó su apogeo en el periodo denominado ‘Siglo de
Pericles’, consolidando a la democracia como forma activa de política [1]. Este periodo ateniense terminó con la Guerra
del Peloponeso entre Atenas y Esparta, siendo vencedor esta última polis [2]. Esta consolidación fue momentánea, pues
Esparta quedó debilitada, siendo derrotados ante la coalición encabezada por
Tebas. No obstante, Tebas tampoco pudo consolidar su liderazgo, originando
guerras entre las diversas polis por el dominio de Grecia. Ante esta situación
caótica, Filipo III, Rey de Macedonia, aprovechó la situación y conquistó
Grecia en la Batalla de Queronea. Muerto este rey, fue sucedido por su hijo
Alejandro Magno, quien conquistó Egipto (dominado por los persas en ese
momento) y diversos imperios, extendiéndose desde Grecia hasta el Valle del
Indo. Alejandro Magno murió en extrañas circunstancias, comenzando la
decadencia del Imperio Macedónico, siendo derrotados definitivamente por Roma
en las Guerras Macedónicas.
EL PREDOMINIO DE LA FILOSOFÍA
El
nacimiento de Platón coincidió con el fallecimiento de Pericles (Dal Maschio,
2015). Por tal motivo, fue testigo de la decadencia de Atenas y el dominio
espartano. Platón tuvo una gran admiración en la organización política y
estructura social de Esparta; por ende, su pensamiento político obtiene una gran
influencia de esta polis. Con su Teoría de las Ideas y la división del alma,
el filósofo establece el estado ideal, cuya composición radica “de tres clases
rígidamente separadas y con funciones específicas. En el ápice los
guardianes-filósofos (o el guardián-filósofo) que ordena y gobierna, a
continuación los guardianes-auxiliares (clase militar) que velan por el
mantenimiento del orden, y por último la masa de ciudadanos productores, cuya
misión se limita a establecer de los medios necesarios para su subsistencia y
las de las clases superiores” (Dal Maschio, 2015, pp. 83-84). La sociedad debe
ser gobernada por los filósofos, quienes pueden gobernarse a sí mismos, lejos
de los placeres terrenales y acercarse más a la idea de gobierno ideal [3].
Aristóteles,
quien vivió el ascenso y caída del gobierno macedónico, establece su filosofía
política enfocada en la teleología y su ética del justo medio. El filósofo
estagirita señala tres formas de gobierno: Monarquía, república y aristocracia [4], siendo considerada esta última el sistema de gobierno más apropiado, pues
se complementa con su ética. Continuando
con el postulado de Sócrates y Platón, considera la prevalencia de las polis sobre
los individuos, ya que la felicidad individual solo puede disponerse dentro de
la organización social. Por tal motivo, expresa la definición del hombre como
animal político (Zoon Politikón).
El problema de estas tipologías y definiciones es su carácter tiránico [5] e innato. Sobre el primer punto, Hannah Arendt critica a Platón por su metodología, ya que se enfocó su teoría política con postulados netamente de la filosofía contemplativa, restringiendo la pluralidad cívica en manos de un grupo restringido [6]. El término aristotélico Zoon Politikón también es objeto de críticas porque “el hombre es a-político. La política nace en el Entre-los-hombres, por lo tanto completamente fuera del hombre.” (Arendt, 1995, p.46). Además esta misma definición se desvirtúa con el favorecimiento de la existencia de la esclavitud, con el fin de conceder la libertad a los filósofos de realizar sus diversas acciones [7].
Hannah Arendt concibió a la política como forma activa del ser humano FUENTE: Biografías y Vidas |
Aunque estas terminologías de Platón y Aristóteles no tuvieron repercusiones en la construcción de la teoría política contemporánea, muchos filósofos siguen utilizando esas metodologías netamente filosóficas para realizar alguna crítica o sugerencia política. Considero que este es un problema epistemológico, pues diversos filósofos no realizan un trabajo multidisciplinar que correlacione diversas ramas de las ciencias. Esto genera diversas cuestiones: 1) Creencia absoluta de la filosofía. Imposición de la filosofía como superior que las demás ciencias por su delimitación temporal y definición etimológica. 2) Distorsión de la realidad. Un enfoque netamente filosófico genera interpretaciones o conclusiones que no van de acuerdo al bienestar de cada sociedad, cayendo en relativismos históricos o el convencimiento de la inmutabilidad de una tradición social.
La ciencia
política, como casi todas las ramas de la ciencia, fue beneficiada con grandes
aportes de la filosofía, pero señalar una crítica política sin conocer la metodología
o conceptos básicos de esta ciencia conllevaría en conclusiones apresuradas.
LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN
Todo actor o grupo social que participa o piensa participar en política debe conocer el capital ideacional y el capital administrativo:
Gracias a estos capitales, se da la conformación de políticos con una estructura económica y plan programático establecido. El problema de la actual clase política es la falta de consenso y diálogo. En el caso peruano, existe una fragmentación de los partidos políticos desde los años 90s, que se colisionan en intereses ideológicos o particulares. Acá deviene la cuestión de diversos filósofos como portadores de discursos polarizados, buscando la superioridad de su pensamiento (marxista, conservador, liberal, etc). El sistema democrático se logra gracias al diálogo y consenso [8]. Podrán existir algunos postulados que múltiples políticos (y los partidos que representan) no estarían de acuerdo, pero a través de la comunicación y diálogo se lograran acuerdos beneficiosos; por tal motivo, no solo el conocimiento es necesario para la formación del político, sino de aptitudes y capacidades personales. Max Weber, quien vivió sus últimos años en el contexto de la derrota alemana en la primera guerra mundial y el ascenso de la República de Weimar, estableció 3 cualidades importantes para la vocación del político: Pasión, mesura y sentido de responsabilidad. En sus palabras:
Max Weber, representante de la sociología comprensiva FUENTE: https://www.trabajo-social.es/ |
El problema de muchos filósofos es la creencia innecesaria de la superioridad de la filosofía sobre las ciencias sociales, humanas, físicas, etc. Argumentos como una paz marxista para superar la crisis de la Pandemia (Slavoj Žižek), apoyo a un régimen autoritario por cuestiones ideológicas (Noam Chosmsky) o la naturalidad del ser humano para la implementación de una normativa que puede afectar a minorías carece de total validez en la arena política, que busca la mayor racionalización de los actores sociales. Si algún momento, estos filósofos desean participar en política deben, como mínimo, bajarse de las nubes metafísicas para centrarse en este mundo de la vida que habitamos.
NOTAS
[2] “En
Atenas se estableció el gobierno de los treinta tiranos, que duró diez meses” (Santillana S.A., 2006, p. 35).
[3] “En fin: para el bien público, que termina siendo
el bien de cada uno, se necesita una sociedad con un gobierno constituido por
filósofos, sabios, individuos que (…) representen la verdad, es decir, el bien”
(Barylko, 1997, p. 34).
[4] “Aristóteles toma esta clasificación de El Político de Platón con una pequeña
variación: En Platón las formas puras eran sometidas al imperio de la ley; en
cambio, para Aristóteles son las que atienden al bienestar general de los
ciudadanos” (Botella, Cañeque, Gonzalo, 2006, p.43).
[5] Bertrand Russell realizó diversas críticas a este
sistema político de Platón, catalogándolo como un régimen totalitario.
[6] “Platón (…) intentó de maneras diversas
oponerse a la polis y a lo que en ella se entendía por libertad. Lo intentó
mediante una teoría política en la que los criterios políticos no se extraían
de lo político mismo sino de la filosofía, mediante la elaboración de una
constitución dirigida a lo individual, constitución cuyas leyes correspondieran
a las ideas, sólo accesibles a los filósofos y finamente incluso mediante la
influencia que quiso ejercer sobre un gobernante del que esperaba haría
realidad dicha legislación” (Arendt, 1995, pp. 80-81).
[7] Hannah Arendt señala que
este concepto de política no era exclusivo de Platón o Aristóteles, sino de
gran parte de las polis griegas (Especialmente Atenas).
[8] “La democracia no puede
funcionar sin partidos o, en el peor de los casos, sin mínimas coaliciones
temporales” (Zavaleta, 2020, p.22).
BIBLIOGRAFÍA
- Arendt, H (1995) ¿Qué es la política? Madrid. Ediciones Paidós.
- Barrenechea, R (2014) Becas, bases y votos. Perú. Instituto de Estudios Peruanos.
- Botella, J, Cañeque, C y Gonzalo, E (2006) El pensamiento político en sus textos, de Platón a Marx. España. Editorial TECNOS
- Colección Historia Universal Santillana (2006). Antigüedad III, Grecia y Roma. Santillana S.A.
- Barylko, J (1997) La filosofía, una invitación a pensar. Argentina. Editorial Planeta.
- Quiroz, A (2014) Historia de la corrupción en el Perú. Perú. Instituto de Estudios Peruanos.
- Weber, M (1975) El político y el científico. España. Alianza Editorial, S.A
- Zavaleta, M (2020, 13 de setiembre) Nuestro sistema se ha roto. El Comercio, p.22.
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