Cuando
hablamos de la prostitución en las zonas del centro de Lima, nos imaginamos a
esas mujeres con poca ropa, esperando por clientes potenciales que se animen a
pagar por sus servicios, pero esa no es la única presentación del trabajo
sexual en los alrededores de Lima Cercado.
Las
redes sociales como Facebook e Instagram facilitan la captación de mujeres
mediante la facilidad de anonimato que estas plataformas poseen, hombres y
mujeres se aprovechan de esa propiedad para captar a trabajadoras potenciales,
se les ofrece un precio, que oscila entre los S/.70 hasta los S/.100 y el modus
operandi es el más difícil de rastrear. Muchas de estas muchachas ingresan a
trabajar por necesidad, “La situación me dejó desempleada” comentan y otras
tienen experiencia en el rubro.
Una vez
publicada la foto y pactada la cita, la muchacha debe dirigirse a unos de los
tantos hoteles que se encuentran, ya sea en Lima Cercado o en el distrito de
Breña, ahí las espera un desconocido que usualmente pide servicios no pactados
con el dueño de dicha “agencia”, esta instruida para decir un nombre falso y
una edad que la sitúa en el borde de la legalidad, pero eso al cliente poco le
incomoda. “Él me dijo me desvistiera y que tuviera relaciones sexuales con su
esposa, jamás lo había hecho con una mujer, pero amenazo con no pagarme y lo
hice mientras él se masturbaba” y es así como muchas aceptan condiciones por la
necesidad económica “Se supone que todo debe ser con condón, pero a veces te
dicen que son 100 soles más sin él y yo atraco porque tengo que comer ¿no?”. He
tenido la oportunidad de hablar con estas chicas que aun siendo más jóvenes que
yo, tendrían sin ningún problema la facultad de enseñarme cosas para enfrentar
la vida, chicas que tienen que ver por sus hermanos menores, que en muchos
casos no tuvieron la oportunidad de estudiar alguna carrera universitaria o
alguna técnica superior y que ahorran para generarse esa oportunidad. Muchos
probablemente están pensando que no todas terminan en el negocio teniendo esas
prioridades y si, son varios los factores por los cuales estas muchachas
terminan adquiriendo educación sexual mediante la práctica, sin embargo, que
acaso ¿no son las falencias sociales del sistema en el que vivimos los que las
hacen aceptar aquellas propuestas?
Ahora,
tengamos en cuenta que el trabajo sexual no es el problema, el problema radica
en las condiciones en las que este se ejerce, sin ningún tipo de protección,
ningún tipo de ley que ampare tanto la salud e integridad física de la
trabajadora y más aun en esta nueva realidad en donde los protocolos de salud
deben ser rigurosos en esos hostales y hoteles en los que estas muchachas
trabajas, en donde no se cumple con los protocolos mínimos de seguridad con
relación al Covid19.
El trabajo sexual en el Perú está permitido solo con licencia pero los términos de su legalidad no han sido discutidos, porque para el estado peruano es más fácil prohibir que fiscalizar, aún existe mucho trabajo en cuanto a liberarnos del prejuicio de la prostitución, estas chicas brindan un servicio, como tú y yo en nuestros centros de trabajo y así como tú y yo tenemos leyes que nos amparan como trabajadores, ellas como ciudadanas deben contar con los mismos derechos laborales, con un debido empadronamiento, con la independencia y protección de sus ingresos, para dejar por fin el anonimato de estos hombres y mujeres que literalmente, se benefician de su trabajo, bajo la excusa de brindarles seguridad, cuando la realidad es que solo las exponen a esos peligros en los que solo las exponen a esos peligros en los que luego no habrá responsable.
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