He pensado en la muerte,
ella me es coqueta y atractiva;
pero he fracasado.
He intentado jalar el gatillo,
en dejar mí huella en la acera,
en apagar las luces de mi existencia;
pero he fracasado…
He aplacado mi dolor en alcohol.
He bebido hasta el olvido.
La rutina me ha consumido
y los ideales en mi han desaparecido…
Y a pesar del pesimismo que llevo por años,
no hay mejor aliento de vida
que la sonrisa de los niños,
aquellos que juegan en las pistas
a ser futbolistas,
aquellos que no tienen malicia
y aunque algunos pidan limosna
y la gente entregue indiferencia
son los únicos que no perderán su esencia....
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