En la cotidianeidad nos enfrentamos a muchas cosas, muchos retos y
nuestra mente nunca deja de trabajar, pensar y analizar nuestro entorno. Sin
embargo, a pesar de todo el trabajo de nuestra mente, son pocos los momentos en
el que nos sentamos y reflexionamos sobre como nos sentimos o lo que sucede con
nosotros más allá de nuestras responsabilidades diarias. La pandemia ha
conllevado un gran cambio en nuestro estilo de vida. Por este motivo es que les
dejo algunas reflexiones a las que llegue tanto en momentos difíciles, como
estados de mayor tranquilidad y alejado de todo lo que no nos deja ver dentro
nuestro*
Existe una gran diferencia entre la paz mental y asumir los riesgos
respecto a esta. Al final, predomina lo que en el contexto estás dispuesto a
lograr, estos son solo resultados y depende del riesgo que ambas conllevan. No
es bueno ni malo.
Nunca dejes de hacer lo que te apasiona, porque al vivir así sientes
que algo te falta y sientes un vacío de alguna manera, a pesar que lo puedas
tener “todo” no encuentras una explicación concreta hasta que te chocas con la
realidad. Incluso puede afectar el carácter y la forma de percibir la realidad.
La mayoría de situaciones que suceden en tu vida no siempre van a
depender de ti, muchas veces se escapará de tus manos.
Existe una diferencia considerable entre ser orgulloso y tener
orgullo. Ser orgulloso implica que a pesar de saber que se está en un error o
se duda de tener la razón, no se admite o no se pide perdón por ello. Tener
orgullo involucra saber que haces las cosas bien, a pesar que otras personas te
digan lo contrario y mantener tu postura hasta el final.
Muchas veces abrazamos nuestras virtudes solamente, pero nos
olvidamos de nuestros defectos. Tal vez los defectos no los aceptamos como tal,
pero sabemos que existen. La autenticidad viene en no ignorarlos, ni tampoco no
hacer nada. Los defectos existen (conducta y actitudes), solo llegara un
momento donde chocaras con ellos y a otras personas les afectara. No es un
cambio, sino un reconocimiento del saber de qué pie cojeamos.
Siempre hablaran de ti, más de tus errores que de tus virtudes.
Nadie escapa de esta ley, tus amigos y las personas que te conocen de vista
opinarán, pocos te lo dirán. Lo importante es como lo tomes: como un comentario
o una crítica negativa.
El amor, de manera general, es lo único que crece. No se escoge, se
decide, teniendo en cuenta muchos factores, sin embargo, es un tema
distorsionado y radican múltiples interpretaciones. Al final son acuerdos tanto
conscientes, como inconscientes.
A veces me imagino dos personas hablándome, la parte buena y la parte
mala de mí. Ambas pelean, ambas se contradicen; al final ambas me abrazan,
recordándome quien soy. Lo importante es que ambas estén en armonía.
La responsabilidad afectiva esta poco valorada, desligarse de lo que
la otra persona siente es quitarse definitivamente la culpa. Lo relevante está
en ser honestos y poner bajo lupa cómo nos hace sentir lo que queremos y
deseamos en ese momento.
El simbolismo del sol y la luna son complementarios, reflejando las
dos caras de una moneda, donde hay opuestos, pero cohabitan entre sí.
*Lo escrito está abierto a muchas interpretaciones, tómalo de la
manera que creas conveniente.
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Este artículo fue escrito por el sociólogo Victor Illamat Pesantes
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