¿Debemos ser perfectos para amar?: Una explicación desde el campo de la sociología

 

“Recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: “Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina”. El doctor contesta: “Lo ha internado?” y el tipo le dice. “Lo haría, pero necesito los huevos”. Pues eso, más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, ¿saben? Son totalmente irracionales y locas, y absurdas, pero… supongo que continuamos manteniéndolas porque, la mayoría, “necesitamos los huevos”.



¿Debemos ser perfectos para amar? Una explicación desde el campo de la sociología
FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/



Esta frase mencionada proviene de la película ganadora del Oscar Annie Hall, del excelente (y también controvertido) Woody Allen. Coloque aquella frase debido a la naturaleza compleja y absurda del amor. Hay veces que disfrutamos un excelente día con tu pareja, pero otros no; en la cual podemos discutir, tener inseguridades y celos, entre otras acciones. A pesar de esto, nos seguimos aferrando al amor por la sencilla razón que nos complementa. Queremos amar y ser amados, así nos contradigan millones de personas. Muchas veces queremos esto a una gran magnitud que lo idealizamos, tratando de emular aquellos finales felices de las películas de Disney o de las comedias románticas del amor eterno y perfecto. Como sabemos, eso no siempre sucede en la vida real y muchas veces nos cuesta aceptarlo, ya que queremos alcanzar aquellos estándares de perfección, originando prejuicios hacia aquellas personas que no cumplan esos modelos establecidos. De ahí surge la disyuntiva, ¿Debemos ser perfectos para amar? En este artículo, trataremos de buscar una respuesta.



¿Debemos ser perfectos para amar? Una explicación desde el campo de la sociología
Annie Hall ganó 4 premios Oscar, incluido a mejor película
FUENTE: https://www.elespanol.com/



¿El fin del amor romántico?

Desde el cambio al nuevo milenio y la consolidación del neoliberalismo como modelo económico imperante en todo el mundo, se evidenció un auge de la mercadotecnia del amor, aumentando la variedad de oferta hacia diferentes tipos de público, desde los juegos de Barbie y Ken para las niñas hasta la multitud de películas románticas que se estrenan cada año. Debido a ello, aparecen los expertos que ayudan a personas en buscar alguna solución amorosa o encontrar el amor que anhelan. Surge la masificación de la terapia del amor [1] que, desde su influencia psicoanalítica, tratan de solucionar el conflicto de parejas a través del diálogo o búsqueda de deseos inconscientes sobre el amor de cada uno en la relación. También surgen los famosos libros de autoayuda, cuyos autores buscan entablar una receta universal sobre el amor. Uno de sus máximos representantes es Walter Riso que ha publicado más de 40 libros sobre las relaciones amorosas, muchos de ellos son catalogados best Sellers. Ante esta situación de incertidumbre capitalista y sujeción del sujeto al pensamiento de los expertos, diversos filósofos, antropólogos y sociólogos anunciaron, de manera nietzscheana, la muerte del amor romántico producto de nuevas formas de expresión amorosa más enfocados al placer y la economía. Un ejemplo de ello es el sociólogo peruano Pedro Pablo Ccopa que en su libro “Amor y sexo en la ciudad: Imágenes mundanas”, relaciona la decadencia del amor romántico debido a las nuevas formas de amor en los jóvenes a través de la liberación del eros o sexualidad (choque y fuga, amigos con derecho, etc). Para fundamentar su teoría, realiza algunas entrevistas a diversos jóvenes (algunos de ellos de la Universidad Nacional Federico Villarreal), describe los espacios concurridos por dichos jóvenes y coloca ejemplos cotidianos como referencia (Una de ellas fue la película “infidelidad” protagonizada por Richard Gere y Diane Leane, que fue colocada como ejemplo en 2 ensayos del libro mencionado). El problema de este análisis recae desde su premisa metodológica, ya que cae en la falacia del falso dilema “o es el amor romántico o son las nuevas formas de amor”, cuando en realidad las diferentes expresiones amorosas pueden ser manifestadas por los actores a través de sus relaciones cotidianas [2]. Es verdad que existe un aumento de la liberalidad amorosa y sexual, pero eso no significa que dichos actores continuaran realizando esa expresión amorosa indiscriminadamente [3]. Un individuo puede tener innumerables relaciones amorosas y sexuales durante años, pero puede casarse con alguien y tener una duración prolongada 



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El vigencia del amor romántico es reflejada en nuestras acciones cotidianas
FUENTE: https://www.viveusa.mx/



El amor romántico y las instituciones

Mas que cuestionar la vigencia del amor romántico, sería ideal replantear su marco conceptual, ya que, como señalamos anteriormente, existe una presión social para aceptar el ideal de amor perfecto. Las instituciones imponen, desde su normativa y finalidad, su definición de amor romántico a los actores que la integran. Un ejemplo de ello es la religión católica que define al amor bajo una perspectiva de pureza y eternidad. Esta institución considera que la abstención sexual antes del matrimonio y su durabilidad perpetua contribuye al fortalecimiento espiritual del individuo, conllevando a un acercamiento al Dios que profesa, que es la perfección absoluta; en otras palabras, te conviertes en una mejor persona. La influencia de la religión católica es tan fuerte que ejerce, directa e indirectamente, hacia las esferas económicas y sociales, aumentando su radio de influencia. Cada año se estrena una gran cantidad de contendido enfocado en la pureza del amor eterno, siendo consumidos asiduamente por individuos de diferentes clases sociales.



¿Debemos ser perfectos para amar? Una explicación desde el campo de la sociología
Dibujo realizado por Darío Leguía



El problema deviene hacia aquellos que no cumplan con dicha definición o incurran en alguna acción que va en contra de lo normalmente establecido. A pesar de tener, en mi opinión, una de las mejores concepciones éticas con valores revolucionarios como el perdón y la reconciliación por parte de la religión católica, el ideal de perfección lo relega a un segundo plano. De ahí la explicación del porqué algunos fieles prefieren votar por candidatos que mantengan el status quo de este ideal y de la interacción familiar, así sean considerados machistas, racistas o corruptos (El colectivo “Con mis hijos no te metas” es un ejemplo de ello). Por este motivo, la existencia de un discurso imperante sobre el amor sigue vigente, así aparezcan nuevas expresiones de amor o continúe decayendo el número de fieles en las religiones, como sus dogmas y sacramentos (matrimonio o tener hijos), ya que está en el imaginario social del espacio influenciado, siendo perjudicadas en gran medida las mujeres. En la vida cotidiana, se sigue denigrando hacia aquellas mujeres que tuvieron diversas parejas románticas o sexuales, inclusive restringiéndolas de buscar el amor anhelado, siendo catalogadas en términos despectivos como “puta” o “prostituta”. No es casualidad del aumento considerable del número de agresiones y feminicidios; en la cual, los principales responsables son personas cercanas a la víctima, ya sea familiares, amigos o su pareja. Desde la consolidación del neoliberalismo, las instituciones tienen como meta principal la consolidación de las variables cuantitativas de eficiencia y eficacia. La relevancia de los números y porcentajes es más importante que la felicidad de los actores sociales; por tal motivo, relegan la definición del amor hacia términos utilitarios con el fin de cumplir sus fines, ya sea en el campo social o económico. Desprovistos de la protección por parte de las instituciones, los individuos se enfrentan a una realidad del cual deben valerse por sí mismos en búsqueda de su felicidad [4]



¿Debemos ser perfectos para amar? Una explicación desde el campo de la sociología
A pesar de algunas discrepancias de algunos sociólogos, las instituciones aún ejercen un control, de manera directa e indirecta, en las relaciones sociales de los individuos, incluido el amor
FUENTE: https://sitiocero.net/



Yo amo porque quiero amar

Reconociendo la vigencia del amor romántico y el papel de control social de las instituciones, debemos, como señalé anteriormente, replantear el marco conceptual del amor romántico. Considero innecesario conocer las innumerables definiciones sobre el amor debido a la sencilla razón que todos podemos amar. Como señalé al principio de este artículo, el amor puede ser considerado de una manera absurda y compleja debido al surgimiento de diversas emociones y sentimientos que están alejados de una explicación racional. Te puede producir una sensación de querer estar con aquella persona especial el mayor tiempo posible, como también molestarse debido a expectativas insatisfechas o alguna rabieta tuya. Más que buscar una definición universal del amor, debemos separarla de los ideales de perfección o metafísicas, para determinarla en el mundo terrenal. Somos humanos con virtudes y defectos, del cual podemos cometer numerosos errores, pero eso no significa ser señalados en términos despectivos o ser desprovistos de buscar un tipo de amor. ¿Acaso amar es un delito? ¿Necesito de alguien que me señale como y de quien enamorarme? La respuesta es no. Yo amo porque quiero amar y sentirme libre y dichoso a lado de esa persona especial para mí. Es por este motivo que la búsqueda del amor es una acción humana y personal, del cual debe ser legitimada por la sociedad civil y las instituciones, además de no ser estandarizada en ideales de perfección.



¿Debemos ser perfectos para amar? Una explicación desde el campo de la sociología
Los prejuicios sobre el amor han ido en aumento debido a la gran variedad de discursos de odio, algunos de ellos incitados por instituciones y colectivos



Para terminar este breve artículo, colocaré una estrofa de la canción “No digas Quizás” del cantautor argentino Kevin Johnsen, ya que señala la importancia del amor libre y personal, alejada de toda restricción coercitiva que tanto nos perjudica.

 


Con tanta gente hablando

A tu alrededor

No puedes ser feliz

Ni encontrar amor

A veces el entorno

Te nubla la vista

Ya sea el gurú de turno

O el psicoanalista






NOTAS

[1] “El dios de la privacidad es el amor (…) Ha ganado el romanticismo, y los terapeutas cobran” (Beck & Beck-Gernsheim, 2001, p.30).


[2] "Las historias de amor no han pasado de moda. En el mundo actual no podemos decir que en términos de rituales y consumo los individuos hayan dejado de vivir y respirar del amor-romántico. Ello nos llevar a discrepar con esa concepción binaria antagónica, pues el mundo es tan amplio y plural que hay bastante espacio para la coexistencia de diversas formas de amor, sin que una opaque a la otra" (Ochoa, 2019, p.320).


[3Cristopher San Martín realizó un interesante artículo sobre el poliamor. Puedes leer el artículo a través del siguiente link: https://bit.ly/3pcYHz6


[4“En este mundo en el que las instituciones sólidas ya no juegan un papel importante en la vida de los individuos, el amor es el centro de toda relación de pareja. Lo vemos en películas, en canciones, en libros y hasta en campañas de publicidad. El amor siempre se resalta como algo a lo que se debe aspirar y se debe cuidar” (Salazar, 2020).



BIBLIOGRAFÍA

  • Beck & Beck-Gernsheim (2001) El normal caos del amor. España. Paidos.
  • Ccopa, P. (2011). Amor y sexo en la ciudad: imágenes mundanas. Lima. Colegio de Sociólogos del Perú.
  • Ochoa, P. (2019). ¿Amor sin vínculo? En torno a la sexualidad y el amor en Lima. Investigaciones Sociales22(41), 313-323.
  • Salazar, J (14 de febrero de 2020) Amores ligeros en tiempos de Tinder. El Comercio. Recuperado de https://elcomercio.pe/

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