Cambiar la Constitución
Política de 1993 es uno de los grandes sueños de la izquierda peruana, ya sea
en su versión “moderada” (Nuevo Perú) o la más radicalizada (Perú Libre); en el
cual, se busca una mayor intervención del Estado en la economía. El gran
problema de este discurso unísono deviene a causas emocionales que racionales,
pues no realizan una radiografía necesaria sobre sobre las necesidades que le
faltan a nuestro país para progresar. En este artículo, se va a analizar los
tres principales puntos que el Gobierno debería cambiar urgentemente para estar
preparados para un futuro cambio de la constitución.
FUENTE: https://carrerasuniversitarias.pe/ |
La existencia de diversos regímenes laborales
En el sector
público existe una gran diversidad de regímenes laborales. Aproximadamente son
15, dividido en 3: Generales, carreras especiales y otros. Centrándonos en la
primera, existen: Decreto Legislativo 276, Decreto Legislativo 728 y CAS (Aun
se mantiene pendiente su eliminación). La existencia de tantos regímenes
conlleva a una desorganización en el ámbito laboral, pues cada uno tiene sus
propias normativas. En especial del D.L 276 que está amparado por normativas
judiciales, del cual siguen trabajando por el estado y no pueden ser cesados
bajo ninguna circunstancia. Esto conlleva a que los servidores públicos no
realicen una buena función y perjudicando la eficacia de las obras sociales.
La existencia de diversos regímenes laborales afecta considerablemente a la gestión pública FUENTE: https://destinonegocio.com/ |
La inexistencia de la meritocracia en el sector público
Centrándonos aun
en el ámbito laboral, el Estado Peruano, en su mayoría, no cuenta con los servidores
públicos adecuados en diversos cargos, pues son elegidos selectivamente o de
manera arbitraria, ya sea por su cercanía con los altos cargos o realizar
favores políticos. Es por este motivo que en noviembre de 2018 se creó la
Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), buscando la modernización del
sector público y primar la meritocracia en dichos cargos estratégicos,
otorgando grandes beneficios a los trabajadores como el aumento de sueldo, flexibilidad
laboral y capacitaciones constantes. Lastimosamente, su avance se ha visto
afectada por sindicatos y leyes inconstitucionales por el Congreso de la
República.
Lastimosamente, el clientelismo laboral está presente en diversas áreas del estado FUENTE: La República |
El colapso de los partidos políticos
Desde la
dictadura de Alberto Fujimori, la solidez de los partidos políticos quedó
relegada a la formula pragmática de ganar elecciones. Ya no es necesario tener
una militancia o ideología establecida, tener bases representativas en todo el
Perú, sino el éxito inmediato. Esto no solo perjudica la calidad de los partidos
políticos, sino a la población peruana, pues dichos partidos no llegan a
canalizar las demandas de individuos de un determinado sector, conllevando en
una ineficacia en la resolución de conflictos y rendición de cuentas, y el
aumento de casos de corrupción.
Los partidos políticos denominados "cascarones" impiden la consolidación de una verdadera reforma política FUENTE: https://demoamlat.com/reforma-politica-en-el-peru/ |
Buscar
innecesariamente el cambio de la constitución sin analizar la realidad peruana
es totalmente irresponsable. El Estado peruano todavía no está preparado para competir
con las empresas privadas (Solo véase el fracaso de PetroPerú en la explotación
del Lote 192). Eso no significa que se privaticen todos los sectores públicos,
pues eso conllevaría a una perdida de control del gobierno, y la consolidación
de monopolios u oligopolios. Es por ello que una solución mas estratégica es el
trabajo en conjunto de las empresas privadas con el Estado, fortaleciendo su
eficacia y la rendición de cuentas. Gracias a esto y los tres puntos
mencionados anteriormente, ya estaríamos preparados para ese anhelado cambio
estructural. Mientras tanto, los políticos deben enfocarse en mejorar y expandir
las obras sociales.
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