Como
sabemos, hace unos días, la empresa dueña de las redes sociales más usadas tuvo
una caída, dejando inhabilitada sus aplicaciones y sin contacto a sus usuarios;
de inmediato, se hicieron varios miles de memes al respecto, los más
interesantes eran aquellos que hacían referencia a la interacción humana fuera
de lo virtual.
Es
curioso pensar cómo ha evolucionado la sociabilización, capaz la interacción
por medio de la tecnología sea más entretenida, o de repente sea por el
reconocimiento que otorga tener cientos de reacciones en una foto o en una cita
publicada en el muro de Facebook.
Esta
situación presenta dos escenarios: primero deja manifestada la fuerte
dependencia tecnológica por parte de las masas, y en segundo lugar, abre el
análisis a una perspectiva poco atendida (quizás), el miedo a la soledad,
y resalto la frase, porque desde los primeros pasos de la especie humana en el
mundo, siempre hemos caminado en manada, o llámese con un término más acorde a
la antropología o sociología, clanes y tribus; por lo tanto, es natural
sentirse solos al apartarse de la sociedad, porque hemos aprendido a estar
siempre en interacción con otro semejante, no imaginamos la vida en completa
soledad, alejados de algún vestigio de civilización.
Gracias
a esta colectividad hemos sobrevivido ante otras especies, empero esta misma
colectividad también nos puede impedir relacionarnos más con nosotros mismos;
la mayoría de las personas no están dispuestas a comprenderse a sí mismas
porque ello implica no solo abonar lo bueno, sino también luchar contra lo
malo.
Por
como yo lo veo, el temor a estar solos es lo que nos empuja siempre a buscar
compañía; para verbigracia tenemos el amor, un sentimiento que hoy en día se
trata más de cubrir la necesidad de estar acompañados; incluso si no se siente
afecto por la persona con la que se comparte el tiempo.
Me parece preciso señalar que mi intención no es hablar del amor propio, porque en función de mi profesión, no podría adentrarme en los terrenos de la psicología. Ergo, eso no me limita a pensar en los porqués de la sociedad moderna para permanecer en soledad.
Considero
que, el tiempo en soledad, apartado de todo y todos, puede ser beneficioso
tanto para el bienestar mental, como físico, asimismo, aportar nuevas
perspectivas, quizás se puedan generar mejores ideas a partir de un exilio
voluntario de la civilización. Tomemos para ejemplo a algunos personajes de las
ciencias y el arte, como Da Vinci o Paganini, de quienes se dice, solían acudir
al bosque para apartarse de la gente y encontrar inspiración. En el campo de
los grandes pensadores, están también personajes como Kant o Nietzsche. Precisamente,
por medio de este último, nos encontramos conque la soledad puede ser la puerta
al mundo de las ideas y del autoconocimiento. Recordemos pues que en su obra “Así
habló Zaratustra”, el sabio se aparta de las personas y se interna en las
montañas; para luego tener la revelación de su mensaje: la idea del superhombre.
Incluso profetas o sabios como Jesús o Buda, solían prescindir de la compañía del semejante a la hora de pensar.
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